Escritos de lenin
Sin Teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria !
 
AMAUTA Revista Socio - Política
 
Dos Tácticas de la Socialdemocracia en la Revolución Democrática V. I. LENIN
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III. La vulgar exposición burguesa de la dictadura
y el concepto de Marx sobre ella

    Mehring [37 ] relata en las notas dedicadas a la edición -- publicada por él -- de los artículos de Marx insertados en la Nueva Gaceta del Rin en 1848, que la literatura burguesa hacía a dicho periódico el reproche de que la Nueva Gaceta del Rin exigía, al parecer, "la instauración inmediata de la dictadura como único medio de realización de la democracia" (Marx, Nachlass, t. III, pág. 53). Desde el vulgar punto de vista burgués, el concepto dictadura y el concepto democracia se excluyen el uno al otro. No comprendiendo la teoría de la lucha de clases, acostumbrado a ver en la arena política únicamente los pequeños enredos de los diversos círculos y circulillos de la burguesía, el burgués entiende por dictadura la anulación de todas las libertades y garantías democráticas, entiende por dictadura toda arbitrariedad, todo abuso de poder en interés personal del dictador. En el fondo, precisamente este vulgar punto de vista burgués se trasluce también en nuestro Martínov, que, como conclusión de su "nueva campaña" en la nueva Iskra, explica el apasionamiento de Vperiod y de Proletari por la consigna de la dictadura diciendo que Lenin "desea apasionadamente probar suerte" (Iskra, núm. 103, pág. 3, col. 2). Para aclarar a Martínov el concepto de dictadura de clase, a diferencia de la dictadura de un individuo, y la diferencia entre las tareas de la dictadura democrática y la dictadura socialista, no será inútil el que nos detengamos a examinar las ideas de la Nueva Gaceta del Rin.

    "Toda estructura provisional del Estado -- escribía la Nueva Gaceta del Rin el 14 de septiembre de 1848 -- después de la revolución, exige una dictadura, y una dictadura enérgica. Nosotros hemos reprochado desde el principio a Kamphausen (Presidente del Consejo de Ministros después del 18 de marzo de 1848) el no haber obrado dictatorialmente, el no haber destruido y eliminado en seguida los restos de las viejas instituciones. Y mientras el señor Kamphausen se entregaba a sus ilusiones constitucionales, el partido vencido (es decir, el partido de la reacción) consolidaba sus posiciones en la burocracia y en el ejército y hasta comenzaba a atreverse en distintos lugares a la lucha abierta" [38 ] .

    En estas palabras -- dice con razón Mehring -- esta re sumida en unas cuantas tesis la idea expuesta detalladamente, en largos artículos de la Nueva Gaceta del Rin, sobre el ministerio Kamphausen. ¿Y qué nos dicen estas palabras de Marx? Nos dicen que el gobierno provisional revolucionario debe actuar dictatorialmente (tesis que Iskra no ha podido comprender de ninguna manera en su temor a la consigna de la dictadura); que es una tarea de esta dictadura la destrucción de los restos de las viejas instituciones (que es precisamente lo que se indica con claridad en las resoluciones del III Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia sobre la lucha frente a la contrarrevolución, y que se omite en las resoluciones de la Conferencia, como hemos señalado más arriba). Por último, en tercer lugar, de estas palabras se desprende que Marx fustigaba a los demócratas burgueses por sus "ilusiones constitucionales" en una época de revolución y de franca guerra civil. El sentido de estas palabras es particularmente claro en el artículo de la Nueva Gaceta del Rin del 6 de junio de 1848. "La Asamblea Constituyente Popular -- escribía Marx -- debe ser, ante todo, una asamblea activa, revolucionariamente activa. Pero la Asamblea de Francfort se entrega a ejercicios escolares sobre el parlamentarismo y deja hacer al gobierno. Admitamos que este sabio concilio llegue, tras de madura reflexión, a elaborar el mejor orden del día y la mejor de las constituciones. ¿Para qué servirá el mejor orden del día y la mejor de las constituciones si, mientras tanto, los gobiernos alemanes han colocado ya las bayonetas a la orden del día?" [39 ]

    He aquí el sentido de la consigna de la dictadura. De ello se desprende cuál sería la actitud de Marx ante unas resoluciones que a la "decisión de organizar la Asamblea Constituyente" le llaman victoria decisiva o que invitan ¡"a continuar siendo el partido de extrema oposición revolucionaria"!

    Los grandes problemas en la vida de los pueblos se resuelven solamente por la fuerza. Las propias clases reaccionarias son generalmente las primeras en recurrir a la violencia, a la guerra civil, "colocan las bayonetas a la orden del día", como lo ha hecho la autocracia rusa y continúa haciéndolo, sistemática y constantemente por todas partes, a partir del g de enero. Y una vez creada esta situación, una vez que las bayonetas encabezan realmente el orden del día político, una vez que la insurrección se ha revelado como imprescindible e inaplazable, las ilusiones constitucionales y los ejercicios escolares sobre el parlamentarismo no sirven más que para encubrir la traición de la burguesía a la revolución, para encubrir el hecho de que la burguesía "da la espalda" a la revolución. La clase verdaderamente revolucionaria debe en este caso lanzar la consigna de la dictadura.

    Respecto a las tareas de la dictadura, Marx escríbía ya en la Nueva Gaceta del Rin : "La Asamblea Nacional debía haber actuado dictatorialmente contra las intentonas reaccionarias de los gobiernos caducos, y hubiera adquirido tal fuerza en la opinión popular que, contra ella, todas las bayonetas se habrían roto. . . Y esta Asamblea fatiga al pueblo alemán con discursos aburridos, en lugar de atraerlo o de ser atraída por él" [40 ] . La Asamblea Nacional debía, según la opinión de Marx, "haber eliminado del orden real existente en Alemania cuanto se opusiera al principio de la soberanía del pueblo"; después "consolidar la base revolucionaria sobre la cual se hallaba y asegurar, contra todos los ataques, la soberanía del pueblo conquistada por la revolución" [ 41 ] .

    Así, pues, las tareas que Marx asignaba en 1848 al gobierno revolucionario o a la dictadura se reducían ante todo, por su contenido, a la revolución democrática : defensa frente a la contrarrevolución, y eliminación efectiva de todo aquello que estuviera en pugna con la soberanía del pueblo. Esto no es otra cosa que la dictadura revolucionario-democrática.

    Veamos ahora qué clases podían y debían, a juicio de Marx, realizar esta tarea (aplicar en la práctica hasta el fin el principio de la soberanía del pueblo y rechazar los ataques de la contrarrevolución). Marx habla del "pueblo". Pero nosotros sabemos que él luchó siempre sin piedad contra la ilusión pequeñoburguesa de la unidad del "pueblo", de la ausencia de lucha de clases en el seno del pueblo. Al emplear la palabra "pueblo", Marx no ocultaba bajo esta palabra la diferencia de clases, sino que unificaba determinados elementos capaces de llevar la revolución hasta su término.

    Después del triunfo del proletariado de Berlín, el 18 de marzo -- escribía la Nueva Gaceta del Rin --, los resultados de la revolución son de dos clases : "Por una parte, el armamento del pueblo, el derecho de asociación, la soberanía del pueblo, conquistada de hecho; por otra parte, el manteni miento de la monarquía y el ministerio Kamphausen-Hansemann, es decir, un gobierno de representantes de la gran burguesía. De esta manera, la revolución ha tenido dos resultados distintos que debían, inevitablemente, producir la ruptura. El pueblo ha vencido; ha conquistado libertades de carácter decididamente democrático, pero el Poder inmediato no ha pasado a sus manos, sino a manos de la gran burguesía. En una palabra, la revolución no ha sido llevada hasta el fin. El pueblo ha permitido a los representantes de la gran burguesía crear un ministerio, y estos representantes de la gran burguesía han demostrado inmediatamente sus aspiraciones, proponiendo una alianza a la vieja nobleza prusiana y a la burocracia. Arnim, Kanitz y Schwerin han entrado en el ministerio.

    La gran burguesía, antirrevolucionaria desde el comienzo mismo, ha concertado urza alianza defensiva y ofensiva con la reacción por miedo al pueblo , es decir, a los obreros y a la burguesía democrática " (Subrayado por nosotros) [42 ] .

    Así que no sólo la "decisión de organizar la Asamblea Constituyente" no basta aún para el triunfo decisivo de la revolución, sino que ¡la propia convocatoria es insuficiente! Incluso después del triunfo parcial en la lucha armada (triunfo de los obreros berlineses sobre las tropas, el 18 de marzo de 1848), es posible una revolución "inacabada", "no llevada hasta el fin". ¿De qué depende, pues, el llevar la revolución hasta el fin? Depende de las manos a las que pase el Poder inmediato : de que pase a los Petrunkévich y a los Rodíchev, es decir, a los Kamphausen y Hansemann o a manos del pueblo, es decir, de los obreros y de la burguesía democrática. En el primero de los casos, la burguesía tendrá el Poder y el proletariado la "libertad de crítica", libertad para "continuar siendo el partido de extrema oposición revolucionaria". La burguesía, inmediatamente después del triunfo, concertará una alianza con la reacción (esto también ocurriría inevitablemente en Rusia si los obreros petersburgueses, por ejemplo, consiguieran un triunfo, aunque sólo fuese parcial, en combate de calle contra las tropas y dejaran formar gobierno a los señores Petrunkévich y Cía.). En el segundo de los casos, sería posible la dictadura revolucionario-democrática, es decir, el triunfo completo de la revolución.

    Queda por determinar con mayor exactitud qué es, precisamente, lo que entendía Marx por "burguesía democrática" (demokratische Bürgerschaft ), a la cual, junto con los obreros, él llamaba pueblo, en contraposición a la gran burguesía.

    El siguiente pasaje de un artículo de la Nueva Gaceta del Rin, publicado el 29 de julio de 1848, da una respuesta clara : ". . . La revolución alemana de 1848 no es sino una parodia de la revolución francesa de 1789.

    El 4 de agosto de 1789, tres semanas después de la toma de la Bastilla, el pueblo francés, en un solo día, venció todas las cargas tributarias feudales.

    El 11 de julio de 1848, cuatro meses después de las barricadas de marzo, las cargas tributarias feudales vencieron al pueblo alemán. Teste Gierke cum Hansemanno *.

    La burguesía francesa de 1789 no abandonó ni un minuto a sus aliados, los campesinos. Ella sabía que su dominación se basaba en la liquidación del feudalismo en el campo, en la creación de una clase de campesinos propietarios libres (grundbesitzenden ).

    La burguesía alemana de 1848 traiciona sin ningún escrúpulo a los campesinos, sus aliados más naturales, que representan la carne de su carne y sin los cuales es impotente contra la nobleza.

    El mantenimiento de los derechos feudales, sancionado bajo la apariencia (ilusoria) del rescate : he aquí el resultado de la revolución alemana de 1848. La montaña ha parido un ratón" [ 43] .

    Es éste un pasaje muy aleccionador, que nos ofrece cuatro tesis importantes : 1) La revolución alemana no acabada se diferencia de la francesa, llevada a su fin, en que la burguesía traicionó, no sólo al democratismo en general, sino a los campesinos en particular. 2) La base de la realización completa de la revolución democrática es la creación de una clase de campesinos libres. 3) La creación de una clase tal es la destrucción de las cargas tributarias feudales, la liquidación del feudalismo, pero no es todavía, de ninguna manera, la revolución socialista. 4) Los campesinos son los aliados "más naturales" de la burguesía, precisamente de la burguesía democrática, sin los cuales esta última es "impotente" frente a la reacción.

    Todas estas tesis, modificadas de acuerdo con las particularidades nacionales concretas, poniendo en lugar de feudalismo, régimen de servidumbre, pueden ser también aplicadas, en su totalidad, a la Rusia de 1905. No cabe duda de que, deduciendo las enseñanzas de la experiencia de Alemania, explicada por Marx, no podemos llegar a otra consigna, para el triunfo decisivo de la revolución, que a la siguiente : dictadura revolucionario-democrática del proletariado y de los campesinos. Es indudable que el proletariado y los campesinos son las principales partes integrantes de ese "pueblo" que Marx contraponía en 1848 a la reacción que resistía y a la burguesía que traicionaba. Es indudable que también en Rusia la burguesía liberal y los señores de Osvobozhdenie traicionan y traicionarán a los campesinos, o sea, saldrán del paso con una pseudo-reforma y se colocarán al lado de los terratenientes en la lucha decisiva entre éstos y los campesinos. Unicamente el proletariado es capaz de apoyar a los campesinos, hasta el final, en esta lucha. Es indudable, por último, que también en Rusia el éxito de la lucha campesina, es decir, el paso de todas las tierras a poder de los campesinos, significará una revolución democrática completa, siendo la base social de la revolución llevada hasta el fin, pero no equivaldrá de ninguna manera a una revolución socialista ni a la "socialización" de que hablan los ideólogos de la pequeña burguesía, los socialrevolucionarios. El éxito de la insurrección campesina, la victoria de la revolución democrática, no hará sino desbrozar el camino para una lucha decidida y verdadera por el socialismo, sobre la base de la república democrática. Los campesinos, como clase poseedora de tierras, desempeñarán en esta lucha el mismo papel de traición, de inconsecuencia, que ahora desempeña la burguesía en la lucha por la democracia. Olvidar esto es olvidar el socialismo, engañarse a sí mismo y a los demás respecto a los verdaderos intereses y tareas del proletariado.

    Para no dejar ninguna laguna en la exposición de las ideas de Marx en 1848, es necesario destacar una diferencia esencial entre la socialdemocracia alemana de entonces (o Partido Comunista del proletariado, hablando con el lenguaje de entonces) y la actual socialdemocracia rusa. Concedamos la palabra a Mehring :

    "La Nueva Gaceta del Rin apareció en la arena política como 'órgano de la democracia'. No es posible dejar de ver el hilo que engarza todos sus artículos. Pero, de modo directo, defendía más los intereses de la revolución burguesa frente al absolutismo y el feudalismo que los intereses del proletariado frente a los de la burguesía. Pocos materiales encontraréis en sus columnas sobre el movimiento espedfico obrero durante la revolución, aunque no se debe olvidar que, al mismo tiempo, se publicaba dos veces por semana, bajo la redacción de Moll y Schapper, el órgano especial de la Unión Obrera de Colonia [ 44] . De todos modos el escaso interés que la Nueva Gaceta del Rin dedicaba al movimiento obrero alemán de entonces, salta a la vista del lector contemporáneo, a pesar de que su militante más capaz, Stephan Born, había sido discípulo de Marx y de Engels en París y Bruselas y, en 1848, corresponsal de su periódico en Berlín. Born cuenta en sus 'Memorias' que Marx y Engels nunca le dijeron una sola palabra de desaprobación por su agitación obrera. Pero las declaraciones posteriores de Engels permiten suponer que ellos estaban descontentos, por lo menos con los métodos de esta agitación. Este descontento era fundado, por cuanto Born se veía obligado a hacer muchas concesiones a la conciencia de clase del proletariado, conciencia incipiente aún en la mayor parte de Alemania, concesiones que no resistían a la crítica desde el punto de vista del 'Manifiesto Comunista'. Su descontento no era fundado, por cuanto, a pesar de todo, Born supo mantener la agitación, dirigida por él, a un nivel relativamente alto. . . Sin duda alguna, Marx y Engels tenían razón histórica y políticamente, cuando veían el interés fundamental de la clase obrera, ante todo, en la mayor impulsión posible de la revolución burguesa. . . Sin embargo, una prueba notable de cómo el instinto elemental del movimiento obrero sabe corregir las concepciones de los pensadores más geniales, es el hecho de que éstos se pronunciaran, en abril de 1849, por una organización específicamente obrera y decidieran participar en el Congreso obrero, preparado principalmente por el proletariado del este del Elba (Prusia Oriental)".

    De modo que ¡sólo en abril de 1849, casi un año después de la aparición del periódico revolucionario (la Nueva Gaceta del Rin empezó a salir el 1.ƒ de junio de 1848), Marx y Engels se pronunciaron por una organización obrera independiente! ¡Hasta entonces, dirigían simplemente un "órgano de la democracia" no ligado por ningún lazo orgánico a un partido obrero independiente! Este hecho monstruoso y hasta increíble desde nuestro punto de vista actual, nos demuestra claramente qué diferencia tan enorme hay entre la socialdemocracia alemana de entonces y el actual Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Este hecho nos muestra cuánto más débiles eran los rasgos proletarios del movimiento, su corriente proletaria, en la revolución democrática alemana (debido al atraso de Alemania en 1848, tanto en el sentido económico como en el político, a su fraccionamiento estatal). Esto no se debe olvidar al apreciar las numerosas declaraciones de Marx, de esta y otra época un poco posterior, sobre la necesidad de la organización independiente del Partido del proletariado. Marx, al cabo de casi un año, únicamente de la experiencia de la revolución democrática, prácticamente sacó esta conclusión : hasta tal punto era entonces filisteo, pequeñoburgués todo el ambiente en Alemania. Para nosotros, esta conclusión es ya una adquisición vieja y sólida de la experiencia de medio siglo de la socialdemocracia internacional, adquisición con la cual hemos comenzado la organización del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia. Entre nosotros, por ejemplo, no puede darse el caso de que los periódicos revolucionarios del proletariado estén al margen del Partido socialdemócrata del proletariado o de que actúen ni un solo minuto como simples "órganos de la democracia".

    Pero el contraste, que no hacia más que insinuarse, entre Marx y Stephan Born, existe en nuestro país, tanto más desarrollado, cuanto más potente es la corriente proletaria en el torrente democrático de nuestra revolución. Refiriéndose al probable descontento de Marx y Engels por la agitación de Stephan Born, Mehring se expresa de una forma demasiado suave y evasiva. He aquí lo que escribia Engels sobre Born en 1885 (prólogo a Enthüllungen uber den Kommunistenprocess zu Köln [Revelaciones sobre el proceso de los comunistas de Colonia ], Zurich, 1885) :

    Los miembros de la Liga de los Comunistas [ 45] estaban en todas partes a la cabeza del movimiento democrático más extremo, demostrando con esto que la Liga era una excelente escuela de actividad revolucionaria. "El tipógrafo Stephan Born, militante activo de la Liga en Bruselas y París, fundó en Berlín una 'Hermandad Obrera' (Arbeiterverbrüderung ), que adquirió considerable extensión y se mantuvo hasta 1850. Born, joven de talento, se apresuró, sin embargo demasiado, a actuar como político. Con tal de reunir gente a su alrededor, 'fraternizaba' con un montón de elementos de los más dispares (Kreti und Plethi ). No era, ni mucho menos, una de esas personas capaccs de introducir la unidad en tendencias contradictorias, la luz en el caos. Por este motivo, en las publicaciones oficiales de su hermandad se confundían y embrollaban habitualmente los puntos de vista del 'Manifiesto Comunista', con reminiscencias y aspiraciones corporativas, con fragmentos de las ideas de Luis Blanc y de Proudhon, con la defensa del proteccionismo, etc.; en una palabra, esta gente queria contentar a todo el mundo (Allen alles sein ). Se ocupaban particularmente de organizar huelgas, sindicatos, cooperativas de producción, olvidando que la tarea consistía ante todo en conquistar, por medio de la victoria política, primeramente el terreno, sobre el cual se podrian realizar, sólida y firmemente, cosas como éstas (subrayado por nosotros). Y cuando el triunfo de la reacción obligó a los lideres de esta hermandad a sentir la necesidad de participar directamente en la lucha revolucionaria, naturalmente, la masa atrasada que estaba agrupada a su alrededor los abandonó. Born tomó parte en la insurrección de Dresde, en mayo de 1849, y se salvó por una feliz casualidad. La hermandad obrera se mantuvo al margen del gran movimiento político del proletariado como una asociación aislada, que, en su mayor parte, existía sólo sobre el papel, representando una fuerza tan secundaria, que la reacción sólo consideró necesario suprimirla en 1850 y sus secciones filiales no fueron disueltas hasta muchos años después. Born, que debia haberse llamado Buttermilch*, no consiguió ser un hombre político y terminó siendo un pequeño profesor suizo que, en vez de traducir a Marx al idioma corporativo, traduce en un lenguaje alemán dulzón al bonachón de Renán" [47] .

    ¡He aquí cómo apreciaba Engels las dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática!

    Nuestros neoiskristas tienden también hacia el "economismo" con tal celo y tan fuera de razón que merecen las alabanzas de la burguesía monárquica por su "lucidez". Ellos también reúnen a su alrededor los elementos más dispares, adulando a los "economistas", seduciendo demagógicamente a la masa atrasada con las consignas de "iniciativa", "democratismo", "autonomía", etc., etc. Sus asociaciones obreras existen también, muy a menudo, solamente en las páginas de la nueva Iskra a lo Jlestakov. Sus consignas y resoluciones ponen de manifiesto la misma incomprensión de las tareas del "gran movimiento político del proletariado".


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    * "Testigos : el señor Gierke y el señor Hansemann". Hansemann era el ministro del partido de la gran burguesía (en ruso, Trubetskói o Ródichev, etc.). Gierke, ministro de Agricultura del gabinete Hansemann, elaboró un proyecto, un proyecto "audaz", de una pretendida "abolición sin indemnización de las cargas tributarias feudales" y, de [ cont. en pág. 150. -- DJR ] hecho, abolición de las pequeñas y sin importancia, pero conservación de las cargas tributarias más esenciales o rescate mediante pago. El señor Gierke es algo así como en Rusia los Kablukov, Manuílov, Guertzenstein y otros burgueses liberales por el estilo, amigos del mujik, que quieren una "ampliación de la propiedad territorial campesina", pero no lesionar a los terratenientes.

* Al traducir a Engels yo cometí un error en este punto en la primera edición, tomando la palabra "Buttermilch" no como un nombre propio, sino como un apodo. Este error ha proporcionado, naturalmente, gran satisíacción a los mencheviques. Koltzov ha escrito que yo "profundizaba a Engels" (publicado en la recopilación titulada Dos años ), Plejánov, incluso ahora, recuerda este error en Tovarisch [46 ] ; en una palabra, se ha encontrado un excelente pretexto para ahogar la [ cont. en pág. 156. -- DJR ] cuestión de las dos tendencias en el movimiento obrero del 48 en Alemania : la tendencia de Born (afín a nuestros economistas) y la tendencia marxista. Aprovechar los errores del adversario, aunque sólo sea en lo del nombre de Born, es más que natural. Pero ahogar con enmiendas a la traducción la esencia de la cuestión de las dos tácticas es tanto como rehuir el fondo de la discusión. (Nota de Lenin para la edición de 1907. N. de la Red.)

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