Escritos de Marx
Proletarios de todos los Países Uníos
 
AMAUTA Revista Socio - Política
 
Carlos Marx - El Capital
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Notas

capítulo II


1 En el siglo XII, siglo famoso por su devoción, encontramos a veces catalo­gados entre las mercancías objetos de una gran delicadeza. Así por ejemplo, un poeta francés de la época enumera entre las mercancías que se encontraban en el mercado de Landit, telas de vestir, zapatos, cueros, aperos de labranza, pieles y femmes folles de leur corps. (14)

2 Proudhon va a buscar su ideal de justicia, su ideal de la “justice éternelle” a las relaciones jurídicas correspondientes al régimen de producción de mercancías, con lo que –dicho sea de paso– aporta la prueba muy consoladora para todos los buenos burgueses, de que la forma de la producción de mercancías es algo tan eterno como la propia justicia. Luego, volviendo las cosas del revés, pretende modelar la verdadera producción de mercancías y el derecho real y efectivo con­gruente con ella sobre la horma de este ideal. ¿Qué pensaríamos de un químico que, en vez de estudiar las verdaderas leyes de la asimilación de la materia, plan­teando y resolviendo a base de ellas determinados problemas concretos, pretendiese modelar la asimilación de la materia sobre las “ideas eternas” de la “naturalidad” ­y de la “afinidad”? ¿Acaso se nos dice algo nuevo acerca de la “usura” con decir que la misma choca con la “justicia eterna” y la “eterna equidad”, con la “mutualidad eterna” y otras “verdades eternas”? No; sabemos exactamente lo mismo que sabían los padres de la Iglesia cuando decían que chocaban con la “gracia eterna” “la fe eterna” y la “voluntad eterna de Dios”.

3 “Pues de dos modos puede ser el uso de un bien. Uno es inherente al objeto como tal, el otro no; como por ejemplo, una sandalia, que sirve para cal­zarse y paracambiarla por otro objeto. Ambos son valores de uso de la sandalia, pues al cambiar la sandalia por algo de que carecemos, v. gr. por alimentos, usamos ­la sandalia como tal sandalia. Pero no en su función natural de uso, pues la. sandalia no existe para cambiarse.” (Aristóteles,De República,libro 1, cap. 9.)

4 Júzguese, pues, cuán listos son esos socialistas pequeñoburgueses que aspiran a eternizar la producción de mercancías pretendiendo al mismo tiempo abolir la “contradicción de dinero y mercancías”, y por tanto el propio dinero, que sólo puede existir dentro de esa contradicción. Es algo así como si se pretendiese abolir al papa dejando subsistente la religión católica. Ver más detalles acerca de esto en mi obra Contribución a lacrítica de la economía política, pp. 61 y s.

5 Allí donde no se cambian todavía dos objetos útiles distintos, sino que, como ocurre con frecuencia en los pueblos salvajes, se ofrece como equivalente de un tercer objeto una masa caótica de cosas, el intercambio directo de productos no ha salido aún de su fase preliminar.

6 Carlos Marx,Contribución a la crítica, etc., p. 135. “Los metales ... son dinero por naturaleza.” (Galiani, Della Moneta, en la Colección de Custodi, Parte Moderna, t. III, p. 72).

7 Ver más detalles acerca de esto en el capítulo titulado “Los metales preciosos" de mi obra anteriormente citada.

8 “El dinero es la mercancía general.” (Verri, Medítazioni sullaEconomía Política, p. 16).

9 “El mismo oro y la plata, a los que podemos dar el nombre genérico de “metales preciosos”, son... mercancías... que suben y bajan... de valor. A los metales preciosos se les puede reconocer un valor más alto cuando por un peso más pequeño de ellos cabe adquirir una cantidad mayor de productos o artículos del país, etc.” (ADiscourse on the General Notions of Money, Trade and Ex­change, as they stand in relations to each other. By a Merchand, Londres, l895, p. 7). “Aunque el oro y la plata, acuñados o sin acuñar, se usen como medida de todas las demás cosas, son también una mercancía, ni más ni menos que el vino, el aceite, el tabaco, el paño o la tela.” (A Discourse concerning Trade, and that in particular of the East–Indies, etc.,Londres, 1689, p. 2.) “La fortuna y la riqueza del reino no pueden consistir solamente en dinero, ni el oro y la plata pueden dejar de ser considerados como mercancías.” (The East India Trade a most Profitable Trade,Londres, 1677, p. 4.)

10 “El oro y la plata tienen valor como metales, antes de convertirse en dinero.” (Galiani, Della Moneta,p. 72). Locke dice : “El concierto general de los hombres asignó a la plata un valor imaginario, por razón de sus propiedades, que la hacían apta para ser dinero.” En cambio, Law : “¿Cómo podían distintas naciones atribuir un valor imaginario a un objeto cualquiera..., o cómo podía mantenerse este valor imaginario?” Pero, véase cuán poco sabía del asunto este autor : “La plata se cambiaba atendiendo al valor de uso que poseía, es decir atendiendo a su valor real; al ser elegida como... dinero adquirió un valor adicional (une valeur additionelle)”. Jean Law, Considérations sur le numéraire et le commerce ”, en “Economístes Finnanciers du XVIIIsiécle”, editados por E. Daire, p. 470).

11 “El dinero es su [de las mercancías] signo. (Ver de Forbonnais, Elements du commerce, nueva ed., Leyden, 1766, t. II, p. 143.) Como signo, lo revisten las mercancías.”(Obra citada, p. 155). “El dinero es el signo de una cosa, a la que representa”. (Montesquieu, Esprit des Lois , Obras completas, Londres, 1761, t. II, p. 2). “El dinero no es un simple signo, pues es de por sí riqueza; no representa los valores sino que es igual a elloscorno valor .”(Le Trosne, De l' intéret Social, p, 910). “Si analizamos el concepto del valor, vemos que la propia cosa sólo es considerada como un signo y no se la considera como lacosa misma, sino como lo que vale.” (Hegel,Philosophie des Rechts , p. 100.) Mucho antes de que lo hiciesen los economistas, los juristas dieron pábulo a la idea del dinero corno simple signo y al valor puramente imaginario de los metales preciosos, con lo cual prestaban un servicio de sicofantes al poder regio, cuya práctica de falsificación monetaria defendieron durante toda la Edad Media, invocando las tradiciones del Imperio romano y la idea del dinero contenida en las Pandectas. “Nadie puede ni debe dudar –dice su aprovechado discípulo Felipe de Valois, en un decreto de 1346– que sólo a Nos y a Nuestra Real Majestad incumbe.. . el negocio de la moneda, la fabricación, calidad, existencias y demás medidas que a las monedas se refieran, poniéndolas en circulación del modo y al precio quea Nos plazca y mejor parezca.” Era un dogma del derecho romano que el emperador decretaba el valor del dinero. Estaba terminantemente prohibido considerar el dinero como mercancía. “Mas a nadie debe permitírsele comprar dinero, pues, creado para el uso general, no debe convertirse en mercancía.” En la obra de G. S. Pagnini, Saggio sopra il giusto pregio delle cose, 1751 (edición de Custodi, Parte Moderna, t. II), se contiene una buena exposición acerca de esto. En la segunda parte de su obra, el autor polemiza muy principalmente con los señores juristas

12 “Si un hombre puede trasladar a Londres desde las entrañas de la tierra en el Perú una onza de plata en el mismo tiempo que necesitaría para producir un bushel de trigo, cada una de estas dos cosas será el precio natural de la otra; si, al abrirse nuevas minas más ricas se logra obtener 2 onzas de plata con el mismo esfuerzo que antes 1, el bushel de trigo cotizado ahora a 10 chelines será tan barato como antes cotizado a 5 chelines cacteris paribus. (William Petty, A treatise ofTaxes and Contributions, Londres, 1667, p. 31.)

13 Después de adoctrinarnos, diciéndonos que “las falsas definiciones del dinero pueden clasificarse en dos grupos principales : aquellas que lo consideran más y aquellas que lo consideran menos que una mercancía”, el señor profesor Roscher despliega un abigarrado catálogo de obras sobre el dinero, a través de las cuales no se trasluce ni el más remoto atisbo de penetración en la verdadera historia de la teoría; luego, viene esta moraleja : “Por lo demás, no puede negarse que la mayoría de los economistas modernos no han sabido fijar debidamente su atención en las características que distinguen al dinero de las demás mercancías.­” (¿En qué quedamos? ¿No se nos decía que el dinero era más o menos una mer­cancía?) ... “En este sentido, la reacción semimercantilista de Ganilh ... no deja de tener su fundamento.” (Wilhelm Roscher,Die Grundlagen der National okonomíe,3° ed. 1858, pp. 207–10). Más menos no debidamente... en este sentido... no deja de tener... ¡Vaya una manera de fijar los conceptos! ¿Y esas eclécticas tonterías profesorales son las que el señor Roscher, modestamente, bautiza con el nombre de “método anatómico–fisiológico” de la economía política? No puede negársele, sin embargo, la paternidad de un descubrimiento : el de que el dinero es“una mercancía agradable”.